
Dejando a un lado la labor de difusión y promoción en el tú a tú que allí tuvo lugar, hay que destacar las buenas impresiones que causaba la idea entre tantos empresarios y los más que posibles acuerdos de colaboración que de allí van a surgir. Unos más que otros, pero los asistentes al evento quedaban impactados ante la joven edad del proyecto, el potencial del mismo y la posibilidad de salir beneficiados por la publicidad ante el suministro de contenido formativo, actual y de calidad.
El evento tuvo tres bloques. En un primer momento, se produjeron microencuentros en mesas con cinco empresas, cada una de ellas tenía sesenta segundos para comunicar sus propuestas, en definitiva, qué ofrecían y qué demandaban. Esa dinámica, al tener que rotar para conseguir que hubiera encuentros de todos con todos, se repitió veinte veces. En un segundo momento, se organizaron encuentros bilaterales de ocho minutos en los que los se procuraba que los intereses comerciales de las dos partes estuvieran más cercanos. Es aquí donde daba pié a desplegar el potencial de la idea y dar mayor cobertura de lo que QAH busca y ofrece. En un último momento, y con un aperitivo de por medio, se pudo profundizar con todos aquellas personas que se habían conocido en las sesiones, esta vez en un ambiente mucho más cálido y distendido.
Desde QAH confiamos que este tipo de eventos se repitan en un futuro próximo, sigan marcando nuestra presencia física en la sociedad y, de esta forma, poder seguir aumentando el número de empresas y personas a las que acercarles la realidad que hemos construido.
Texto: Gonzalo Gómez
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